Al gran José Agustín Goytisolo, maestro de la sencilla sensibilidad.
Escribí un buen poema Lo hice del tirón Decía lo que yo sentía sin recurrir al alarde aunque sí incluí las dudas, incluso las descarnadas Y todo ello, he de decir, lo hice sin beber ni gota
Por ello creo que debería quemar los libros de Goytisolo