(Sobre cómo saberse desarmado por la más devastadora comunión en un abrazo suyo)
Apago la luz
Me abrazo a ti
Escondo en tu cuello
La turbación del día
Te digo que te quiero
Tu piel se eriza
Y así
En unos segundos
Respiramos al mismo compás
Dormidos
Con la certeza de saber que,
Al despertar
No habrá sido un sueño
Y podremos regalarnos
Sin miedo
Una vez más
La efímera certeza
Del amor inesperado
No hay comentarios:
Publicar un comentario