Este poema lo comencé hace ya un tiempo en la sala de espera del aeropuerto de El Prat. Sin embargo perdí el papel donde lo escribí. Únicamente recordaba la sonrisa que hace mendigos.
Así que decidí escribirlo nuevamente y, cuando ya estaba escrito, encontré el papel inicial, así que me pareció que éste debía ser un doble poema, un poema en estéreo, por lo que terminé el que había dejado inacabado tanto tiempo atrás.
Éste es el resultado.
BARCELONA HACE MENDIGOS (R)
Te recuerdo, Barcelona
Tan atenta
A la jaula de pájaros de tu reciente alboroto
La noche transforma en sombras
El ruido de lo confuso
Casi siempre lo hace así
Y sí
Encontré, en mi afán, quietud
El remanso infinitésimo
En que nuestros ojos se besaron
Sonrisa que hace mendigos
A los ciegos atrapados
En tu alada claridad
Tal vez nunca haya existido
Pero hoy quiero
Requiero
Dormirme abrazado al ensueño
Según el cual
Barcelona me espera
Recostada en el triclinio
De mis hambres por volver
BARCELONA HACE MENDIGOS (L)
¿Andaban tus anhelos tan errantes
esa noche carmesí como los míos?
Encontré una madriguera
Donde un humo triunfante
Yo lo hacía la pira laudatoria
De mi consagración
Acaso fue el destino
Imponente opositor de veleidades
Quien dispuso una sonrisa a hacer mendigos
Indicándome el exacto emplazamiento
Donde el dueño de este juego de dados que es la vida
Había preparado su enmienda a mi parcialidad
Saberte tan lejos, Barcelona
Como está del verano mi trineo
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