domingo, 28 de octubre de 2012

LUGARES COMUNES



El ácido perfume de la piel de mi abuela
La voz del viejo vinilo: todos a los botafuegos
El olor a pan tostado por mi padre
El tacto de la cuerda lisa
Los bailes flamencos de las niñas
Los villancicos del abuelo
El sabor de la sopa de sémola
Las manos moradas de nieve
Tú has venido a la orilla
Los colores de las tiendas de Ponzano
La paga del domingo
Las manos de mi madre
El sabor a carnalita
Las sábanas gélidas de Los Molinos
Las cosquillitas de la madrina
El aroma del vapor de la plancha
La vida sin mirar la sangre en las rodillas

Todos estos lugares comunes de mí mismo me acolchonan en las horas en que el aliento implacable de tu ausencia me respira

1 comentario:

  1. ¡Qué bueno! Me ha encantado. Yo añadiría el olor a colegio, tan peculiar y penetrante. Es cierto que todo lo que describes reconforta a la vez que sosiega el ánimo.Estaba estudiando cuando he decidido entrar en tu blog. Me he alegrado de encontrar un poema nuevo publicado. Poco a poco. Gracias por la letra.

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