Verano
sin prados
y sin embargo
es éste el rocío que ablanda
la corteza sabia, descreída, del castaño
Ya no añora la quietud
del otoño
terciopelo en que desnudo
se mostraba
Limas son las hojas
la pluma las venas atraviesa
certera como la primera carta de amor
No hay vidas que perder
el vuelo es corto
y el aire está hechizado
Pocos cantos,
firmes,
llegan al riachuelo
El lodo de los días no vividos
emana el perfume
que nos vio nacer
y morir
y levantarnos,
renacer en arcos iris
Saber que nunca moriremos
sino en los brazos de quien
desde otras estaciones
nos preparó
para este invierno cálido
No eres dueño de tu historia
sino su consecuencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario