Publico al mismo tiempo tres posibles cartas a amores viejos. Que cada cual escoja la suya, o el trozo que más se ajuste. Y que no la mande...
Compañera:
Recuerdo los de entonces
Aquellos que habitaban el calendario
Poblando de ruido las semanas
Altercados horizontales
en celdas para el refugio
Existencias desdobladas
en doblegadas esencias
Astados a rebufo
Aborregados por nuestro despecho
Con la libertad del que nada tiene que perder
Y las prisas
La indefectible urgencia por indefinirnos
Todo aquello que nos era tan ajeno
regresó ya a su caverna
No me busques en tu orilla
Yo ya pasé mi puente
Y aunque era más estrecho
Más largo
Más precario
Me alié con la corriente
Ya estoy al otro lado
jueves, 27 de enero de 2011
CARTA AL AMOR VIEJO II
Publico al mismo tiempo tres posibles cartas a amores viejos. Que cada cual escoja la suya, o el trozo que más se ajuste. Y que no la mande...
Tú:
Que me citas con nostalgia
ante terceros no implicados
Iluminas la voz
refiriendo momentos
felices en potencia
Salvados del agravio por tus manos redentoras
Recuerda,
mira atrás y no te abstengas
A los tiempos de la marcha larga
Del firmes al combate
En el lecho y en la mesa
Divinamente ejerciendo
de marco de mis pinceladas
Máquina del no pensar
Cauce de cemento
para un río bien domado
Aquello en que creíamos
Qué en serio nos tomábamos
Veraces, dramáticos actores
con la mente poblada
de guiones de nuestros padres
Aplausos enlatados
para estómagos agradecidos
Adiós al riesgo
Sillones amoldados para pensamientos
de mísera ejecución
Así que emprende la huida
No me aturdas ahora con tu luz de keroseno
Apaga la llama y marcha
Aunque aún un tiempo ese olor
Tan antiguo como mi cafetera
Inunde mi escenario liberado
Tú:
Que me citas con nostalgia
ante terceros no implicados
Iluminas la voz
refiriendo momentos
felices en potencia
Salvados del agravio por tus manos redentoras
Recuerda,
mira atrás y no te abstengas
A los tiempos de la marcha larga
Del firmes al combate
En el lecho y en la mesa
Divinamente ejerciendo
de marco de mis pinceladas
Máquina del no pensar
Cauce de cemento
para un río bien domado
Aquello en que creíamos
Qué en serio nos tomábamos
Veraces, dramáticos actores
con la mente poblada
de guiones de nuestros padres
Aplausos enlatados
para estómagos agradecidos
Adiós al riesgo
Sillones amoldados para pensamientos
de mísera ejecución
Así que emprende la huida
No me aturdas ahora con tu luz de keroseno
Apaga la llama y marcha
Aunque aún un tiempo ese olor
Tan antiguo como mi cafetera
Inunde mi escenario liberado
CARTA AL AMOR VIEJO I
Publico al mismo tiempo tres posibles cartas a amores viejos. Que cada cual escoja la suya, o el trozo que más se ajuste. Y que no la mande...
Querida amiga mía:
El paso de los años…
¿…o acaso sólo meses?
Poco importa
Si entonces no medíamos el tiempo
tampoco debería hacerlo ahora
Aunque esas manecillas dando vueltas
cada día que pasa
se me antojan mucho más como puñales
Mas no lo dejo pasar
pues preciso ser certero
Así que recomienzo:
Querida amiga mía:
El paso de las vidas
dejó en triste penumbra
la alcoba que habitamos
Aquélla que llenamos de retratos prohibidos
De fotos virtuales
De ciegos laberintos
La puerta bien cerrada
Tan sólo con dos llaves
Soga en tu cuello
Cicatriz en el mío
Cuántas veces hube de abrir de nuevo aquella puerta
Y algunas, creo saberlo,
distinguí tu olor preciado entre mis cosas
O fue quizá tu olor
apenas percibido entre las gentes
quien me hizo dirigirme a nuestro espacio
Y tal vez un poco antes
de andar robando tiempos yo al ahora
tú perdiste unos segundos
en ese nuestro espacio
de evocadora magia
Mas ya hoy
Cuando un tono amarillento se apodera de tus cartas
Me conformo con bien poco
Y es bonito
saber que tras un número en mi agenda
Tras el monótono silbido de mi móvil
Correrás tú a responder a la llamada
Contenta de escuchar
la voz que en otro tiempo te hizo grande
Y a mí gigante
Sabiendo que hoy somos algo así
como viejos trovadores
dedicados a cantar melodías memorizadas
Lugares comunes que un día
tuvieron un sentido
Y sin embargo
Qué alegría saber que en otro mundo
hay ciudades habitadas
que nos quieren
Casi siempre sin buscarlo
E incluso, a veces, sin quererlo
Cuando ya ni el polvo queda del camino
Querida amiga mía:
El paso de los años…
¿…o acaso sólo meses?
Poco importa
Si entonces no medíamos el tiempo
tampoco debería hacerlo ahora
Aunque esas manecillas dando vueltas
cada día que pasa
se me antojan mucho más como puñales
Mas no lo dejo pasar
pues preciso ser certero
Así que recomienzo:
Querida amiga mía:
El paso de las vidas
dejó en triste penumbra
la alcoba que habitamos
Aquélla que llenamos de retratos prohibidos
De fotos virtuales
De ciegos laberintos
La puerta bien cerrada
Tan sólo con dos llaves
Soga en tu cuello
Cicatriz en el mío
Cuántas veces hube de abrir de nuevo aquella puerta
Y algunas, creo saberlo,
distinguí tu olor preciado entre mis cosas
O fue quizá tu olor
apenas percibido entre las gentes
quien me hizo dirigirme a nuestro espacio
Y tal vez un poco antes
de andar robando tiempos yo al ahora
tú perdiste unos segundos
en ese nuestro espacio
de evocadora magia
Mas ya hoy
Cuando un tono amarillento se apodera de tus cartas
Me conformo con bien poco
Y es bonito
saber que tras un número en mi agenda
Tras el monótono silbido de mi móvil
Correrás tú a responder a la llamada
Contenta de escuchar
la voz que en otro tiempo te hizo grande
Y a mí gigante
Sabiendo que hoy somos algo así
como viejos trovadores
dedicados a cantar melodías memorizadas
Lugares comunes que un día
tuvieron un sentido
Y sin embargo
Qué alegría saber que en otro mundo
hay ciudades habitadas
que nos quieren
Casi siempre sin buscarlo
E incluso, a veces, sin quererlo
Cuando ya ni el polvo queda del camino
jueves, 13 de enero de 2011
MIEDO
Retiré el tapón
De tu océano de miedo
Densa hiel
Ruge
Se escapa de tu alcance
Sólo el verbo y el hacha consiguen renombrarla
Así caminaremos
Por esta playa afilada
Entre cadáveres de augures de otros tiempos
Generales triunfantes y enemigos
Revisando las tropas de nuestra contradicción
Aquélla que nos dio la vida
En el tiempo en que la llamábamos así
De tu océano de miedo
Densa hiel
Ruge
Se escapa de tu alcance
Sólo el verbo y el hacha consiguen renombrarla
Así caminaremos
Por esta playa afilada
Entre cadáveres de augures de otros tiempos
Generales triunfantes y enemigos
Revisando las tropas de nuestra contradicción
Aquélla que nos dio la vida
En el tiempo en que la llamábamos así
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