domingo, 23 de diciembre de 2012

MEANDRO



(Inspirada en un paseo en mi querida Marlin por el Embalse de Picadas, una joya escondida donde vive una nutria que es mi amiga. No lejos hay quien afirma haber visto sirenas)


Corto la bruma helada

que trémula se arrastra sobre mi regazo

y acompaso a mis paladas el lento devenir de un corazón

agradecido de alargar el espacio entre latidos

con vaivenes y profundas soledades



Pierdo y desbrozo las horas cortas

cruzando las nubes hacia tu abrazo,

niebla cómplice,

amante que disfrazas mis anhelos



Aire fiel exhalan los pinares que te escoltan

obligándome a negar mis horizontes,

a adoptar la paz miope,

el abandono en el estanque de lo incierto

Entre valses de quietud

mi nave suda, rezuma y escarchea

Puñal que rasga las ondas,

dura entraña enamorada de las aguas



Mientras, Itaca fulmina mis paladas

El camino incierto del viajero sin pasado

se despereza entre sudores y exorcismos



Y anhelo

la vida sin final

El libro sin capítulos

La historia en una página

El infinito río donde, al cabo,

poder morir en el meandro que escoltó

a la ola para besar la arena



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