Solo yo sé, tal vez,
que nunca fuiste
pantano
dosificado y estanco
Y aunque no distinguí tu fondo,
siquiera por unas
horas
supe que anidaban
corales
y efímeros
rododendros,
salados entre tus
bosques
de hortensias
submarinas
Lo sé porque yo sí pude
probar de tu fango
anómalo
muchos de sus incontables
polos y espejismos
Las caricias de la
muerte ineludible
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